En primer lugar, el terapeuta realiza una entrevista de anamnesis detallada con el paciente para conocer los antecedentes de las dolencias y obtener información adicional importante mediante preguntas específicas. Además, la zona del dolor se localiza mediante palpación.
El tratamiento en sí tiene lugar en la consulta del terapeuta y se realiza de forma ambulatoria, por lo que el paciente puede abandonar la consulta en cuanto termine. Durante el tratamiento, el paciente permanece sentado o tumbado. Antes del tratamiento con ondas de choque, la zona enferma suele localizarse con precisión mediante ecografía, radiografía o palpación.
Al principio de una sesión de terapia, el terapeuta aplica un gel de ultrasonidos en la zona a tratar. Esto se hace para que las ondas de choque puedan penetrar en el cuerpo sin perder energía. A continuación, el terapeuta pone en marcha el sistema de ondas de choque y trata la zona del dolor con el cabezal terapéutico del aplicador.
Ahora, las ondas de choque se transmiten al cuerpo. Dependiendo del tipo de dispositivo y la indicación, se emiten entre 1500 y 2000 ondas de choque.
Dato interesante: La ESWT es una de las opciones terapéuticas »no invasivas« dentro del ámbito del tratamiento del dolor, es decir, las ondas de choque penetran en la piel y los tejidos sin dañarlos.
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